El problema no está en el cuerpo de la mujer

Yo siempre he pensado que mis padres hacían lo mejor para mí. Lo intentan desde sus creencias y su forma de ser, y sé que intentan dar lo mejor.
Pero ahora que he crecido, soy una mujer, tengo mi propia visión y opinión sobre ciertos asuntos en los que discrepo sobre su forma de actuar. Y me doy cuenta de una causa mayor.

Por ejemplo, me refiero a cuando mi madre me decía que yo no podía ponerme camisetas de tirantes, aunque fueran anchos, porque parecería una mujer vulgar y provocaría a los hombres. Yo no podía ponerme camisetas de tirantes porque tenía pechos, y debía esconderlos, taparlos, para no perturbar a los hombres, para no molestarnos, para no despertar deseo. Tampoco podía ponerme faldas, no importaba lo largas o cortas que fuesen, ni pantalones cortos. Debía esconder mis piernas.
 Debía taparme yo, debía esconderme como si debiese avergonzarme de partes de mi cuerpo, en vez de que los hombres se controlasen y me respetasen, yo debía ocultarme, como si fuese mi culpa ser mujer.
Crecí y durante un tiempo me sentí avergonzada de mi cuerpo involuntariamente.
Crecí en medio de normas que prohibían a las mujeres hacer topless en verano, mientras los hombres se pasean enseñando sus pectorales por todas partes en los veranos, me prohibían llevar camisetas ajustadas o mallas en el instituto, mientras que los hombres iban con pantalones "cagados" ensenando los calzoncillos. ¿Es que las mujeres no podemos sentirnos provocadas? ¿Incómodas? Todas estas normas que todo el mundo acepta como si fuese algo normal les da la razón.

El problema no está en el cuerpo de la mujer, si no en los ojos de quien lo mira. 
Si el hombre sexualiza mi cuerpo es problema suyo, no mío. En vez de prohibir a las mujeres que lleven determinadas prendas de ropa, eduquen a sus hijos a ser hombres educados y respetuosos con la mujer.


Posted on 5:55 by Dinah Laurel and filed under | 1 Comments »