ESTE ES MI VESTIDO
Y llegué a la vida
vestida de mujer...
Y mientras crecía,
en mi pecho y en mi frente
florecieron ilusiones.
Algunas se empeñaron en morir.
Y así me formé en el sentir y el llorar.
Conocí el amor.
Y pude ver que en mi
era posible más vida.
Y la dicha también convivió conmigo.
A pesar de ello,
en ciertas ocasiones
no fui escuchada,
y en otras,
ni siquiera respetada.
Pero aún así me levanté
remendando mi vestido.
Hoy asumo con valentía
que éste se gasta y mancilla
más de lo que quisiera.
Con todo, por todo,
y con esfuerzo,
aprendí dos palabras
precisas (y preciosas):
AMOR PROPIO.
Y hoy quiero festejarme,
quererme y regalonearme,
porque es mi día,
porque lo merezco,
porque así hago feliz a los míos
y al Dador de vida,
de esta vida mía,
que orgullosa viste de MUJER.
Maritza Álvarez:
Acuarela y letras.