¿De qué hablar cuando el presente
no debe ser mentado?
Banales palabras que se pronuncian
para rellenar el hueco amargo
del aire enrarecido.
¿De qué hablar cuando el pasado
queda ya demasiado lejos?
Prohibidas palabras que se silencian,
que se abandonan tras un horizonte
tan inalcanzable como todos los horizontes.
¿De qué hablar cuando el futuro
se convierte en temor de acontecer?
Nonatas palabras de nonatos proyectos
que habrán de ser olvidados
a duro golpe de realidad.
El dolor sangrando dolor.
Las lágrimas secas en las cuencas.
El alma sin saber si el alma existe.
Y entre suspiro y suspiro,
un aroma de besos
petrificados en las entrañas del tiempo.
Extraños fósiles impresos
en la corteza del corazón.
Sonrisas congeladas
en labios como témpanos.
Alegría desterrada
al reino de No Se Sabe Dónde.
Y este frío de de morir viviendo
que te traspasa el ser.
Que te cala hasta los huesos.