"Lobos y Ojos vacíos" -Dos poemas de María Villa-
"Mujer Espiral" Pilar Vicente de Foronda
LOBOS
Me nacía,
desde el centro de mí misma
cuando aún reconocía mi propio centro
y se expandía buscando mis bordes.
Me nacía,
desde el centro de mí misma
cuando aún reconocía mi propio centro
y se expandía buscando mis bordes.
Ya no era el dolor del cuerpo,
ese que ni siquiera importaba. Sino el dolor
del alma humillada.
Porque, las huellas de mi piel,
desaparecen.
Pero las cicatrices del alma
me persiguen como lobos
furiosos
que muerden mis labios
y mis ojos
y mis piernas.
¿No ves que los lobos me persiguen
porque saben que me muerdo el alma por las noches?
OJOS VACÍOS
Tiene las ojeras permanentes
de las mujeres que ya no se perdonan
a sí mismas. Y los ojos vacíos.
Tiene temblor en las manos
y fiebre en las mejillas,
las piernas hilvanadas
y el estómago raído
como si toda ella, sólo hubiera sido
una triste muñeca rota. Con los ojos vacíos.
Tiene los brazos reparados,
los dedos mal cosidos,
la espalda restaurada. Y los ojos, vacíos.
Con todo el vacío
de un océano invertido,
de una sima,
de una botella rota,
como este coraje roto
de una rota poesía.
Y los ojos vacíos,
y desde el vacío de sus ojos,
no creas que no te mira,
sólo cierra sus venas,
y sus manos,
y sus labios
cuando tratan de quitarle
otra vez, la última gota
de alegría
dejándola doblada
en mil trozos difusos
y con los ojos, vacíos.
de las mujeres que ya no se perdonan
a sí mismas. Y los ojos vacíos.
Tiene temblor en las manos
y fiebre en las mejillas,
las piernas hilvanadas
y el estómago raído
como si toda ella, sólo hubiera sido
una triste muñeca rota. Con los ojos vacíos.
Tiene los brazos reparados,
los dedos mal cosidos,
la espalda restaurada. Y los ojos, vacíos.
Con todo el vacío
de un océano invertido,
de una sima,
de una botella rota,
como este coraje roto
de una rota poesía.
Y los ojos vacíos,
y desde el vacío de sus ojos,
no creas que no te mira,
sólo cierra sus venas,
y sus manos,
y sus labios
cuando tratan de quitarle
otra vez, la última gota
de alegría
dejándola doblada
en mil trozos difusos
y con los ojos, vacíos.
MARÍA VILLA
Mi nombre es María Villa, autora de "Amar puede matar" de Mitad Doble Ediciones (2009). Estoy trabajando en mi próximo libro "Espirales" que contiene algunos poemas sobre la violencia de género y quiero haceros llegar dos de ellos.Toda esa serie, dentro de "Espirales" corresponde a la parte "Re-versos heridos" y al igual que el resto del libro los ilustra una pintora y escultora que también está muy implicada en el tema de la violencia de género.
5 comentarios:
Gracias por tu aportación, María. Hay poemas que te llegan de una forma muy especial, el primero para mí lo es.
"Si no el dolor del alma humillada"
"¿No ves que los lobos me persiguen
porque saben que me muerdo el alma por las noches? OJOS VACÍOS Tiene las ojeras permanentes
de las mujeres que ya no se perdonan
a sí mismas." Hay dos realidades en estos versos que considero centran de manera inequívoca, el problema del maltrato. La primera sería los golpes ocultos, los que no dejan moratones, los que interesan a la carne que menos sangra. La segunda tiene que ver con el sentimiento de culpa, con el resultado de un "trabajo bien hecho" por el maltratador. Con la autoestima en franca retirada, surge la pregunta: ¿Qué estoy haciendo mal? Lo he visto muchas veces, María. Si entras en una casa de acogida de mujeres víctimas de la violencia sexual o de género -expresión que no me gusta nada, pero sirva para entendernos- lo primero que te estalla en la cara, es ese contraste de una mujer rota, con cicatrices en el alma y el cuerpo, interrogándose en esos términos. "Mujeres que no se perdonan a sí mismas"
Me alegro de tenerte con nosotros. Me identifico con tu forma de pensar y expresar a través de la poesía lo que sientes. Desde este rincón quiero hacerte llegar mi abrazo y la gratitud por tu solidaridad.
Un beso fuerte.
Julio
Si hay una causa con la que me he volcado siempre que puedo es esta Julio y sé bien cómo es la mirada de una mujer que no se perdona a sí misma, una mujer a la que la han hecho sentirse un desecho del mundo.
Afortunadamente en mi entorno más cercano no he vivido nunca experiencias de este tipo pero sí tuve la tristeza de asistir de cerca a la degradación y finalmente la muerte a manos de su pareja de una mujer joven, amiga, vecina. Una mujer por la que no pudios hacer nada.
Un abrazo, seguiremos en contacto.
Muy buena sintonía en ilustración y poema, llevado de forma notable, ya que es un tema difícil en el que se suele caer en los tópicos. Aquí no, enhorabuena.
!Excelente!!
muy buen caligrama!
Besosssss
Cada vez que entro en el blog me emociono y siento que el tema aún va a estar vigente demasiado tiempo. Y lo peor de todo, duele no poder evitarlo.
Un saludo.
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