Funcionarios de Instituciones Penitenciarias no detectaron la alarma que emitió el GPS de Maximino Couto cuando intentó quitárselo y acercarse a la casa de su ex mujer en Mourente (Galicia). Ella no estaba en casa, así que el agresor se cebó con los vecinos, que en su día declararon contra él. Los apuñaló. Interior ha abierto una investigación para aclarar qué sucedió en la central de Madrid, donde los funcionarios no oyeron la señal a partir de la cual han de informar urgentemente a la policía.
"A las 16.36 del día 29 de noviembre, el interno se desprendió del emisor-receptor", dice Instituciones Penitenciarias en un comunicado. "Esa incidencia generó una alarma que se recogió inmediatamente mediante una señal en la Unidad Central de Vigilancia Electrónica. A pesar de que el dispositivo electrónico funcionó correctamente, la alarma no fue detectada por los funcionarios del servicio", sigue.
Couto salió de la cárcel con la obligación de acudir a la policía cada día, y con su GPS activado, que impide que se acerque a menos de dos kilómetros de la vivienda de su ex mujer, Herminia Buceta, y de la de los vecinos.
En la cárcel de A Lama le concedieron el permiso de cuatro días, que ratificó el juez. Sólo faltaban 20 días para su libertad y tenía una relación estable desde hacía ocho años: la mujer que avaló sus salidas y lo acompañó. A ella fue a la primera que mató, a pesar de que "el protocolo que siguieron en la cárcel fue correcto". Ayer sólo había tres presos en la calle con un GPS, pero hay unos 2.000 que duermen en casa con un sistema parecido. Se controlan desde cada cárcel.
"A las 16.36 del día 29 de noviembre, el interno se desprendió del emisor-receptor", dice Instituciones Penitenciarias en un comunicado. "Esa incidencia generó una alarma que se recogió inmediatamente mediante una señal en la Unidad Central de Vigilancia Electrónica. A pesar de que el dispositivo electrónico funcionó correctamente, la alarma no fue detectada por los funcionarios del servicio", sigue.
Couto salió de la cárcel con la obligación de acudir a la policía cada día, y con su GPS activado, que impide que se acerque a menos de dos kilómetros de la vivienda de su ex mujer, Herminia Buceta, y de la de los vecinos.
En la cárcel de A Lama le concedieron el permiso de cuatro días, que ratificó el juez. Sólo faltaban 20 días para su libertad y tenía una relación estable desde hacía ocho años: la mujer que avaló sus salidas y lo acompañó. A ella fue a la primera que mató, a pesar de que "el protocolo que siguieron en la cárcel fue correcto". Ayer sólo había tres presos en la calle con un GPS, pero hay unos 2.000 que duermen en casa con un sistema parecido. Se controlan desde cada cárcel.
No hay comentarios:
Publicar un comentario